|
|
Biografía de Ramon Llull |
Notas |
|
|
Tercer viaje a París
En realidad, el itinerario desde Pisa a París es algo más complicado de
como lo describe la Vida . Por otros datos que podemos recoger
de sus obras o de otros documentos, es probable que Ramon Llull se
hallara en Poitiers durante el verano de 1308 y se entrevistara tanto
con el Papa Clemente V, como con el rey Felipe IV. En todo caso, a
principios de septiembre de 1308 se hallaba en Génova, según consta en
una carta de Cristiano Spinola a Jaime II de Aragón. En la carta se
dice, además, que Llull se dirigía hacia Marsella para visitar a Arnau
de Vilanova.
Se hallaba ya en Montpellier en octubre, permaneciendo en la ciudad por
lo menos hasta abril de 1309. Sería en el verano de este año cuando
habría tenido lugar su visita a Avignon y su entrevista con Clemente V,
de la que da noticia la Vida .
Durante los meses en Montpellier, Ramon siguió dedicándose a la
redacción de numerosas obras. En general son obras en las que se utiliza
el mecanismo del Arte para estudiar un tema concreto, y así demostrar la
validez del Arte. En algunas de estas obras Llull se refiere a Tomás de
Aquino, Ricardo de Mediavilla y Egidio Romano, como autores de quienes
toma algunas cuestiones que él resuelve por su método artístico.
En noviembre de 1309 Ramon Llull ha llegado de nuevo a París. La
Vida , con cierto entusiasmo contenido, informa que a la lectura
pública de su Arte y de sus otros libros “asistió una multitud, tanto de
maestros como de escolares”. A continuación se expone el núcleo de los
temas tratados y se da fe, sin más comentarios, de un nuevo gran
objetivo de la actividad luliana: su lucha contra el averroismo.
La afirmación de la Vida estaba plenamente justificada. En
febrero de 1310, cuarenta maestros y bachilleres de las facultades de
Medicina y de Teología suscriben una carta de aprobación, después de
haber escuchado las exposiciones de Llull sobre el Arte. El 2 de agosto,
Felipe IV, después de entrevistarse con Llull, expide cartas de
recomendación. Finalmente, el 9 de septiembre de 1311, el canciller de
la Universidad de París, Francesco Croccioli, da por examinadas las
obras de Llull y certifica su conformidad con la teología católica.
Las 27 obras que figuran en el catálogo luliano escritas en París entre
noviembre de 1309 y septiembre de 1311, confirman plenamente la síntesis
que la Vida hace de la enseñanza de Ramon Llull en París:
“observaba que muchos se apartaban de la rectitud de la fe católica, al
mantener que la fe cristiana es imposible según los principios del
entendimiento, mientras opinaban que es verdadera según la fe”. Para
Ramon atacar esta doctrina era defender el principio básico de su Arte,
la necesidad de una auténtica comprensión de la fe. Y el incluir en este
combate a los maestros modernos, “averroistas”, de París, era luchar por
la integridad de la fe en el seno de la cristiandad.
En las mismas palabras de Llull esta era la situación: “Algunos
cristianos de gran renombre por su ciencia, cosa que resulta más
vergonzosa y deplorable, afirman que la santa fe católica es más
improbable que probable. Esto motiva una gran infamia entre los
infieles, que deducen de ello que nuestra fe se queda en nada. Y quizás,
de hecho, algunos de aquellos cristianos abrigan siniestras dudas contra
la fe. Por otro lodao, algunos afirman que la fe es verdadera, pero que
no lo es segón los principios del entendimiento. Es por eso que, con la
ayuda del Espíritu Santo, con todas nuestras fuerzas intentaremos probar
que la fe es no sólo verdadera, sino que también se puede probar”.
[i]
La lucha antiaverroista, y la explícita condenación de las obras de
Averroes, entra a formar parte del conjunto de las eternas peticiones de
Llull. En una obra dirigida al rey Felipe IV, la súplica final menciona:
la vigilancia del rey sobre sus súbditos, para que “su reino no sólo se
llame, sino que en realidad sea cristianísimo”; la fundación de cátedras
de lenguas en el Estudio de París; la reunificación de las órdenes
militares, dentro de un plan de financiación de la cruzada. En esta
lista, en el segundo lugar, se incorpora la petición antiaverroista con
estas palabras: “eliminar las opiniones y las obras de Averroes,
desterrándolas y extirpándolas del Estudio de París, de modo que en
adelante nadie se atreva a citarlas, leerlas o escuchar comentarios
sobre ellas, puesto que contienen nauseabundos errores contra nuestra
santa fe. Y lo que es aun más peligroso, estos errores engendran cada
día otros nuevos y más graves. Para un cristiano es inicuo y vergonzoso
afirmar que la fe es más improbable o sólo aparente, que no explicable
por pruebas, y eso dicen los seguidores del herético Averroes”.
[ii]
Durante estos meses de permanencia de Llull en París, dos sucesos
debieron haber despertado su interés, aunque en ninguna parte
encontremos trazas de ello. El primero fue el juicio de Jacques de
Molay, reabierto en agosto de 1309 y cuyos avatares se prolongaron hasta
la quema de Molay en 1314. Ramon Llull se había encontrado con el Gran
Maestre del Temple por lo menos en una ocasión, en su visita a Chipre, y
las consecuencias del proceso incidían directamente en una de las
cuestiones defendidas por Llull: la unificación de las órdenes
militares. A pesar de todo ello, no sabemos cómo siguió Llull el
proceso, ni cual fue su posición.
El segundo suceso que pudo interesar a Llull fue el proceso y quema de
Margarita de la Porrete. Una asamblea extraordinaria de los mejores
teólogos de la Universidad dio luz verde al proceso en abril de 1309. En
el mismo mes del año siguiente tocó el turno a los canonistas, que
dictaminaron la culpabilidad de la beguina y la legalidad del proceso.
La condena se resolvió el 9 de mayo y se hizo pública el 31 de mayo de
1310, un un solemne acto presidido por el obispo de París en la plaza de
la Gréve. Acto que concluyó con la hoguera de Margarita, cuyos signos de
piedad movieron a las lágrimas a muchos de los presentes, al decir de
los cronistas.
Aunque no nos son conocidos en su integridad los capítulos de la
acusación contra Margarita, los fragmentos conocidos apuntan a uno de
los temas más llamativos de El espejo de las almas simples . En
esta obra, en efecto, Margarita habla reiteradamente de como e alma
perfecto “abandona las virtudes”, considerándolas una mediación que no
puede ser ya el objeto de su búsqueda.
[iii]
Curiosamente, entre los escritos de Llull de estos meses, casi todos
ellos parte de su campaña contra los “maestros” e “intelectuales”
“averroistas”, encontramos uno dirigido a un público más amplio (“plures
homines”) y que trata del problema de la predestinación. El texto,
nada fácil en su exposición de base, parece tener precisamente como
objetivo el mostrar que la predestinación no dispensa en nada del
esfuerzo en elegir y vivir el camino de las virtudes
[iv] . El escrito de
Llull está fechado en abril de 1310, los días en que se resolvió la
suerte de Margarita.
[i]
Liber, in quo declaratur, quod fides catholica est magis probabilis
quam improbabilis . Prol. (ROL VI, p. 328).
[ii]
Liber natalis pueri parvuli Christi Jesu , IV, 1 (ROL
VII, p. 69).
[iii]
Cf. Speculum simplicium animarum . CCCM LXIX, Brepols 1986. P.
VERDEYEN, “Les procés d'inquisition contre Marguerite Porete et Guiard
de Cressonessart (1309-1310)”. Rev. d'hist. éccl. 81 (1986)
47-94.
[iv]
Liber de praedestinatione et praescientia . (ROL VI,
p. 162-175).
|
|
|